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Pocos tienen la visión que tuvo el Rey Carlos III, quien en 1785 decidió reunir en un solo archivo todos los documentos que tenía España, en Simancas, Cádiz y Sevilla, referidos a la colonización de América. Más de tres siglos representados en 43,000 legajos, ¡ocupando 8 kilómetros lineales de estantería!, conteniendo 80 millones de páginas de documentos de distintas instituciones que intervinieron en los diversos asuntos de la colonia española: el descubrimiento, la exploración, la administración, la religión, el intercambio comercial, el tráfico marítimo, los ataques de los piratas, la historia de los pueblos precolombinos ¡desde el sur de Estados Unidos hasta la Tierra del Fuego! Incluyendo, por si fuera poco, a Filipinas.
Llegué al edificio que por casi 100 años ocupó la Lonja de Sevilla, un edificio cuya construcción inició en 1583 y hasta 1643 se terminó, con la emoción de por fin conocer el lugar que conserva la memoria de nuestros antepasados. La Lonja se proyectó con el fin de resolver el conflicto entre la Catedral de Sevilla y los comerciantes que ocupaban el espacio alrededor de ésta, recordando el pasaje de la Biblia que nos describe el enojo de Jesucristo al ver a los mercaderes llevando a cabo sus negocios en lugares sagrados. El edificio fue construido a un lado de la Catedral y junto al Real Alcázar y es de dos plantas, cuadrado con patio en medio y el techo no es el tradicional de Sevilla de dos aguas y cubierto de tejas, sino se innovó con un techo de bóveda que fuera más seguro y menos pesado. Sevilla tuvo su época de auge económico durante la colonia de América, ya que era el único puerto autorizado a recibir naves y, por lo tanto, mercancías procedentes de las Indias, sin embargo, también padeció las consecuencias al tener grandes estragos por la peste; por esa razón el puerto autorizado se cambió a Cádiz en el siglo XVII y el edificio cerró.
Para llegar se pasa por un espacio de revisión de seguridad y una breve visita en la planta baja donde se conserva un cañón y ya se ven las antiguas estanterías que hoy no conservan nada, luego unas amplias escaleras de mármol nos llevan a la planta alta e iniciamos el retroceso en la historia con un retrato de Diego de Velázquez, un busto de Hernán Cortez y otros conquistadores españoles. Me indican que pase a una sala interior para iniciar la visita a la exposición sobre los piratas cuando veo a mi derecha un exhibidor con mapas pequeños antiguos, en papel amarillento y frágil. Me acerco y frente a mis ojos dice ¡Autlan! Y lo sitúa entre Ameca, Villa de Purificación y El Poblado. No lo puedo creer, es el primer mapa antiguo al que me acerco en el Archivo de Indias y allí está ¡tan cerca y tan lejos!
Es bastante interesante y recomendable un video, con el que se inicia la visita, que sobre este lugar y su enorme importancia se exhibe constantemente. Tiene una duración de poco más de media hora y nos explica tanto la historia del lugar como todo su contenido ¡no te lo puedes perder!
Hoy se conserva con el fin de recibir al público que desee conocer la historia de la colonización de América, a través de diversas exposiciones. Actualmente se recibe al público con una denominada Mare Clausum, Mare Liberum. La piratería en la América española, que incluye la exposición de documentos originales relativos a la construcción de fuertes y a los ataques de los piratas, tanto en el Caribe como en océano Pacífico, mapas, dibujos, maquetas de fortificaciones, reproducciones de navíos, cuadros y esculturas de los conquistadores.
Con el fin de asegurar los documentos, éstos se encuentran en un edificio adyacente, remodelado específicamente para ello y se conservan los documentos en un medio ideal de temperatura y humedad y se presta el servicio de atender a los investigadores con los requerimiento necesarios para su labor, desde mesas de trabajo, personal especializado, medios electrónicos y hasta copias digitalizadas de los documentos. Tuvimos la enorme fortuna de estar en este lugar como parte de una clase de Metodología en Investigación en Historia de la Contabilidad, acompañando a los alumnos dos expertos profesores de la Universidad de Sevilla con quiénes tengo la fortuna de tomar clases.
¡Todo por conservar la memoria de la humanidad!
NOTA: la mayoría de las fotografías son propias, excepto las del interior de la exposición que fueron tomadas de la web y la toma exterior de la Catedral y el Archivo de Indias.