En un edificio que por fuera parece minúsculo pero al recorrerlo es sorpresivamente grande, está el Museo de Bellas Artes en la ciudad de Córdoba. Y al igual que el edificio, que fue alguna vez un hospital, su contenido también me sorprendió gratamente. De hecho, entré motivada porque pensé que era pequeño y la visita sería rápido.
Fundado en 1844, contiene cuadros y esculturas, la mayoría de cordobeses, de mucha calidad y muy bellos, entre ellos destacan los cuadros de Rafael Romero Barros, entre los cuales está un magnífico bodegón de naranjas; de Antonio Rodríguez Luna de quien me gustó mucho “Mujeres Vela”; también se
exhiben muchos cuadros de motivos religiosos muy bien logrados.
Particularmente me llamó la atención una exhibición de unas cartas enviadas por Rafael Romero de Torres, un pintor cordobés a su padre durante un viaje por Madrid y Roma, pero en la misma carta le dibujó a plumilla los paisajes que le describía en la misma, así que son pequeñitos, llenos de detalles y sumamente hermosos.
Estuve en Córdoba, a una hora en tren de Sevilla, un fin de semana del mes de junio, con agradable clima y con mucho ánimo de caminar y
recorrí el centro histórico de la ciudad después de la visita a este museo, así que pensé que si el inicio del paseo fue éste y resultó excelente ¿cómo sería el resto?