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Aventura en la Cueva del Drach en Mallorca: un viaje subterráneo


Cueva del Drach

Tras un viaje en autobús de menos de dos horas, llegamos al pueblo de Porto Cristo.

Porto Cristo

Allí inició una pesada caminata, primero bajando hacia el puerto y, luego, subiendo un cerro.

Teníamos ya la reservación on line, para entrar en el grupo de las 2:00 pm a la Cueva del Drach, así que no había prisa afortunadamente. Google Maps nos guío más los letreros que había en las calles.

Lago en el interior

Entramos en grupo, guiados por un chico que se expresaba en español e inglés, y nos iba explicando un poco la historia del lugar y sus características, además llevaba el ritmo de la visita al caminar muy despacio frente al grupo.

La cueva está adaptada para ser visitada, hay escaleras, pasamanos y está iluminada para mostrar el enorme número de estalactitas y estalagmitas de todos los tamaños y algunas ya unidas y además siguen creciendo porque la humedad interior no para. El piso es resbaladizo y en algunos pasos recibimos gotas en la ropa.

Hay sectores donde las estalactitas son tantas y más o menos del mismo tamaño que parece una hermosa decoración de techo.

Lago

En el fondo de la cueva, en algunos lugares, hay agua color azul muy clara, de hecho llegamos a un lago de 180 metros de largo que el guía indicó como el lago subterráneo más grande de Europa.

Cuando llegamos a ese punto yo ya iba sudando, entre la caminata, las escaleras, la humedad y los 27° C en el lugar, pero yo me negaba a quitarme el abrigo que tendría que cargar.

¡Pero no he contado lo más bonito! Cuando llegamos al lago nos encontramos con un área con bancas, viendo de frente al lago, luego bajaron las luces poco a poco hasta la oscuridad y, de pronto, entró una lancha iluminada en su alrededor, con músicos tocando música clásica !aquello fue de fantasía absoluta! Venía seguida por dos lanchas también iluminadas. Tocaron cuatro melodías entre ellas Blanca Navidad !de verdad que fue hermoso! Lo malo es que no nos dejaron tomar fotografías ni vídeos.

De allí nos enfrentamos, literalmente, con la salida subiendo escaleras, por lo que salimos muy cansados.

Afuera hay un área de servicio con restaurante, tienda de recuerdos y baños. Pero nosotros teníamos hambre, por lo que caminamos bajando a Porto Cristo y nos encontramos con el restaurante con la mejor paella: Porto Bello

Paella en restaurante Porto Bello

Lo siento, comimos delicioso y ustedes no estuvieron ¿Les gustó esta aventura? Ahora estoy descansando en el hotel, en Palma de Mallorca.

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