El 16 de mayo de 2025 hubiera cumplido 107 años. Nació en Sayula, Jalisco, México, lugar muy querido por él, al que siempre añoró regresar. Fue bautizado el 10 de junio de 1918 en la Iglesia Parroquial por el Presbítero Rodrigo Aguilar (hoy San Rodrigo Aguilar), señalando en el acta que el niño nació a las 8:00 de la mañana y le puso por nombre Luis Nepomuceno; fueron sus padrinos su hermano Carlos y su esposa María de Jesús Pelayo (procedente de Autlán). En el acta se señalan a los abuelos paternos: Francisco Michel (Francisco de Paula Michel Pérez de Alencastre) y Francisca Curiel (Francisca Curiel Vizcaíno). Abuelos maternos: Antonio Victoria (José Antonio Victoria Reyes) y María Cárdenas (María Martina Cárdenas Dueñas).

Hijo de José Procopio Michel Curiel y María Salomé Victoria Cárdenas. Perteneció a una gran familia de quince hermanos, donde figuraba en el lugar trece, entre los pequeños.

Estudió hasta 4° años de primaria y, luego, entró al campo laboral. Entre lo que recuerdo fue repartidor en los años 30, en Guadalajara, del refresco Canada Dry. También laboró en el campo maquilando con un tractor y luego fue chofer de camión de pasajeros haciendo la ruta Sayula – Tapalpa y anexos.

Fue así que conoció a la dueña de su corazón María del Socorro Vázquez Guerrero, quien residía en Tapalpa en ese momento. Para un 8 de julio que el padre de Luis, José Procopio, se celebraba en una gran fiesta su cumpleaños, en el rancho La Cañada, José Vázquez Brizuela (tío Chepe) invitó a Socorro a la fiesta con la intención de presentarle a Luis. Hicieron un noviazgo de tres años, para llevar a cabo su matrimonio en la Parroquia de San Antonio, en Tapalpa, el 2 de abril de 1948.

Recién casados se instalaron en Sayula, de donde pronto se mudaron a Durango, a un lugar cerca de Nuevo Ideal, que era un campamento con casitas de madera, donde se tuvieron que acostumbrar a otra forma de vida, que por su juventud resultó una aventura. En ese tiempo tuvieron a sus tres primeros hijos, pero nacieron en Sayula ya que ella regresaba en tren a tiempo de dar a luz.

A su regreso se mudaron a Tapalpa, Jalisco, donde pusieron como negocio una ferretería y siguieron naciendo otros cuatro hijos más. En 1958 él fue contratado por su hermano J. Guadalupe a fin de instalar un aserradero en Autlán, a donde se mudó toda la familia en 1959.

En adelante su vida se centró en el aserradero donde desarrolló varias funciones, desde construir caminos en la sierra edificando puentes de piedra sin concreto, que aún son útiles, luego la automatización del aserrío, la fabricación de grúas para la extracción de troncos, dejando una puerta de acceso de alrededor de siete metros, automática. Teniendo a su cargo el taller mecánico.

En Autlán nacieron el resto de sus doce hijos, dando a todos sus hijos la oportunidad de estudiar una profesión.

En 1974 participaron con un grupo de personas, en fundar la Delegación Autlán de la Cruz Roja Mexicana, que fue su vida en adelante, siendo presidente de la misma durante más de 20 años, correspondiéndole la construcción del edificio ubicado por la calle Obregón y dejándola habilitada con mobiliario y equipo, como ambulancias y equipo de rescate.

Fue un hombre muy simpático y ocurrente, dejando entre quienes le conocían un gran número de frases e historias. Hombre dedicado al servicio totalmente, acompañado de su esposa quien siempre le apoyó. Muy inteligente e innovador, capaz de inventar cosas o dar soluciones imprevistas a los problemas.

Falleció el 31 de mayo de 2004, en Autlán, Jalisco, habiendo cumplido 86 años. Se ofició una misa de cuerpo presente en la Catedral donde apenas cabía la gran cantidad de personas que acudieron a despedirlo.

REGISTRO DE NACIMIENTO: