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SEGOVIA EN UN DÍA


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Saliendo de Madrid me equivoqué de tren, no sé si porque no hay información suficiente y clara para turistas en Atocha o porque no me informé antes, el caso es que hice un recorrido de más de dos horas en un tren que se detuvo en más de doce ocasiones, pero tuve la gran ventaja de disfrutar de bellísimos paisajes.
Llegué a la estación antigua de Segovia y tomé un taxi que me llevó al Alcázar de los Reyes Castellanos, dónde me empecé a enterar de su historia: en el s. I los romanos se instalaron en esa ciudad e hicieron de ella una fortaleza. Aún hoy existe toda la muralla que rodea la antigua ciudad y un hermoso acueducto como una gran manifestación de ingeniería.
El Alcázar es particularmente muy hermoso, el que más me ha gustado de los que he conocido y aunque sufrió un incendio, se exhiben algunos muebles de la época, algunos cuadros, alfombras, armaduras, armas y otros objetos. Dicen que Disney se inspiró en este Alcázar para construir el de Disneylandia. El edificio está en la orilla más alta de la ciudad, prendido del cerro como si un poco más lo orillaran, hubiera rodado hacia un precipicio. Al frente tiene un gran pozo para defenderse, lo que lo hace parecer imposible de acceder sino no abriera su puerta.
Después de hacer un recorrido con calma y disfrutar los paisajes desde sus ventanas, viendo algunos conventos y la famosa iglesia de la Vera Cruz abajo, salí caminando un poco sobre la muralla y me dirigí a la Catedral, pasando por la judería. Rodeé totalmente la Catedral antes de entrar ¿cómo podían construir estas maravillas de catedrales medievales con tecnología tan rústica? La Catedral (s. XVI) es muy alta, en estilo gótico y es simplemente bellísima. Atravesando una plaza, aquí mismo, está la Iglesia de San Miguel, donde fue coronada reina de Castilla, Isabel la católica.
Seguí mi paseo, bajando por callecitas y deseando conocer el acueducto y cuando llegué a la Iglesia de San Martín ya sentía mucha hambre, pero ni cuenta tenía del reloj y olvidé que los españoles cierran restaurantes y bares a las 4:00 p.m. y ya pasaba esa hora. Había leído en un foro en línea acerca de la comida típica de Segovia y sabía que el restaurante Hidalgo era muy recomendable y allí estaba frente a mí, por lo que me alegré bastante y se me hizo agua la boca pensando en un cochinillo o cordero asados en horno de leña, pero ya estaba cerrado el servicio.
Seguí hacia abajo muy triste, encontrándome en mi camino otros extranjeros con la cara larga y la tripa gruñendo como la mía. Iba pensando en localizar una tienda y comprar algo, cuando pasando una casa del s. XV, en la calle Alhóndiga a mi derecha se veía un bar abierto y allí fui. Pues resultó una experiencia muy agradable La Bodega del Barbero, con magnífica atención de una chica, bebida y comida recomendada por ella misma y así quedó el menú: risotto con setas acompañado de una copa de vino tinto Carramimbre, Ribera del Duero ¡todo delicioso!
Ya más feliz y descansada, ahora pensando en un café con el postre segoviano por excelencia, el ponche, continué bajando por la calle de Cervantes que lleva a la Plaza del Azoguejo donde está el acueducto, pero antes llegué a una panadería por una ración de ponche segoviano y algunas pastitas exquisitas.
El acueducto es simplemente fantástico y como llegué justo antes del atardecer, el sol iluminaba la parte superior y le hacía ver increíble. En su parte más alta alcanza 29 m. de altura y data del s. I. traía agua desde 15 km. de distancia. Tomé varias fotos desde distintos ángulos y allí me quedé, viendo unas cigüeñas en la torre de la iglesia de San Justo, hasta que el sol se metió y empezó a arreciar el frío. Preguntando como encaminarme a la estación del tren conocí a Dolores, brasileña, estudiante como yo, quién me orientó debidamente y entonces ya me enteré cómo tomar el Ave (tren de alta velocidad) y mientras esperábamos el autobús que nos llevaría nos encaminamos a tomar un cafecito platicando nuestras mutuas experiencias. El regreso a Madrid fue sólo de 20 minutos, pero no lleva a Atocha, sino a Chamartín y de allí tomé el metro a Atocha.
Segovia, en resumen, nos maravilla con un gran número de iglesias y conventos en estilo románico, sumamente antiguas. Al caminar por las calles admiramos también varios palacios y casas muy antiguos, en la guía turística vienen varias del s. XV, con fachadas muy particulares de la ciudad, decoradas con dibujos y una llama la atención porque está decorada con puntas de granito y se le conoce como La Casa de los Picos.
Para conocer Segovia:
Tren de media distancia: 7.95€ sólo ida.
Tren Ave: 16.00€ (ida y vuelta, incluye 20% de descuento al hacer la compra)
Entrada al Alcázar: 4.50€ (sólo el palacio, se pagan 2.00€ por subir a la torre)
Catedral: 3.00€
Taxi de la antigua estación al Alcázar: 4.50€

6 comentarios sobre “SEGOVIA EN UN DÍA

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