
Como un pequeño oasis en el calor de Sevilla está el Patio de los Naranjos, que se encuentra en la Catedral de Sevilla. Si haces un recorrido turístico por la Catedral, éste termina, precisamente, en el Patio de los Naranjos; al terminar el recorrido y salir te encuentras en un pasillo donde está la tienda de recuerdos y, a la izquierda, está el patio.

Se trata de un espacio abierto rodeado del muro de la catedral por un lado, por otro el pasillo que les cuento, otro muro corresponde a una capilla y el último, ya que es rectangular, da a la calle y en el centro está una puerta enorme por la que se accedía a la Mezquita, llamada Puerta del Perdón. Está lleno de naranjos, que tienen origen de cuando allí se entraba a la Mezquita Almohade.

El suelo está cubierto de ladrillo rojo acomodado al canto, con pequeños canales que sirven para regar los árboles, pero también distribuyen la frescura en todo el lugar, añadiendo el ruido tranquilizante del agua corriendo. La gente reconoce eso y permanecen en silencio en el lugar.

Uno de sus atractivos es la torre de la Mezquita, hoy conocida como La Giralda, que hace las funciones de campanario de la Catedral, de la que ya les he contado antes. Por favor, sientáte y disfruta de ese silencio y frescura.
No pude evitar el recuerdo de los patios de las casas de Autlán, esas que todavía conservan la arquitectura típica de la región. Con sus corredores y su patio al centro, con árboles.
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Sí, tienes razón, esos que están en peligro de desaparecer ¿verdad?
Gracias por leer mi blog. Saludos.
Paty Michel
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