Entre lluvia y lluvia, Sevilla entera se desborda en las calles para ver las procesiones de las Hermandades y apoyar llorosos a los hermanos que no pudieron salir por el mal tiempo.
Conocen cada una de las representaciones de Cristo y de la Vírgen y saben cual Hermandad preside la procesión. Saben por cuáles calles pasará cada procesión y seguramente conocen a alguien que participa. Circulan los mensajes por teléfono avisando dónde está cada procesión.
Guardan un solemne silencioso ante la aparición de un Paso y se retiran satisfechos y felices para buscar el siguiente.