MEXICO · REFLEXIONES

Pues salimos adelante del COVID-19


Gaby Michel

Martes 17 de noviembre 2020 6:45 a.m.

Virgen de Guadalupe -Altar de la Parroquia de Tapalpa, Jalisco-

Desde finales del año pasado escuché por primera vez la palabra COVID-19 o CORONA VIRUS, tuvimos noticias de Europa, tremendas noticias, se fue acercando a México hasta que en marzo de 2020 se presentaron los primeros casos y en el mismo mes se cerraron las escuelas y comenzamos las clases el línea y muy pronto las palabras y frases como “pandemia”, “online”, “home office” “cubrebocas” “lávate las manos”, “sanitizar”, “confinamiento”, “cuarentena” se hicieron parte de nuestro vocabulario, pero también las palabras “enfermedad”, “gravedad”, “estadísticas”, “intubar”, “traqueotomía”,  “muerte”, “dolor”, “llanto”, y se hicieron parte de nuestra realidad las “muertes a solas en los hospitales”, “las familias que recibían a sus difuntos ya cremados”, “no sepelios”, “no les importa cuidarse”, “más pobreza” y en este tiempo los nombres de más personas conocidas aparecían en las listas de las personas que nos pedían oración, empezamos a ver como las cifras de enfermos y muertos en nuestro país (y en los demás países) aumentaban a un ritmo acelerado, acompañamos a llorar tan solo por teléfono, a tratar de reactivar una economía que para nosotros era urgente que se levantara pero para los gobiernos es una lucha de poder o una indiferencia total, vimos la cara de un país que siempre se había unido en la desgracia y hoy… cuando era urgente un plato de comida en la puerta de las familias confinadas, la gente en cambio gritaba afuera de las casas palabras de repudio -que lejos estaban de pensar que este virus no perdona y que pronto muchos de ellos estarían necesitando ayuda-, vimos en las noticias cómo agredían al personal de salud, -ese personal que después podría salvar tu vida- conocimos a un personaje gris que se fue empoderando cada día más y que yo aun no entiendo su terquedad, su soberbia y su frialdad para irse a dormir sabiendo que no hizo las cosas bien, que en su conciencia (quizá no la tiene y por eso duerme en paz) yacen ya casi 100,000 muertes y muchos hogares con la tristeza de una o varias que pudieron no haber muerto, ese personaje que ni su nombre sabíamos y que cada día se empodera más… como si se encaminara a querer la presidencia de la república; y con él hemos visto a un presidente total y completamente insensible, burlesco, provocador que utiliza la pandemia según le conviene, -primero se burló de ella y ahora no baja a llevar consuelo a los pobladores de Tabasco porque “le puede dar Coronavirus”- no sé en qué momento los va a alcanzar la historia…

Nuestra Señora de la Esperanza Macarena

He llorado con viudas, con hermanas, con hijas, con familias, sin poder abrazarlas, y el cerco se cerraba…y de repente todos los síntomas estaban en mi cuerpo, y en el de mi esposo, y en el de mi hija y me tocó pedir ayuda, me tocó pedir oración, de repente sentí cómo un intruso estaba en nuestras vidas y… pensar que era un intruso que se podía enojar y poder de repente invadir el cuerpo de mi esposo y llevarlo al límite, o el de mi hija, o el mío… caramba, si yo me había preparado con los teléfonos de emergencia, con mi oxímetro, con información…. de repente te das cuenta que la información que tenías no tenía el párrafo siguiente… solo tenía número de emergencia; y te das cuenta que de repente tienes “sentimientos encontrados, temor, incertidumbre, realidad” y peor aún, con un sistema de salud colapsado que no tiene más que dos opciones: el Sector Salud (totalmente colapsado) y el Sector Privado (completamente inalcanzable, al que solo con SGM o con una cartera sin fondo puedes tener acceso).

Al buscar certidumbre buscamos las opciones de SSA y UdG, la primera tardó una semana en entregar resultados (o sea, solo servimos para la estadística, (vas te toman la muestra y “como premio de consolación te regalan un bote de gel antibacterial -te vas a tu casa sin la más mínima información, sin la más mínima guía- y de nuevo ese personaje que quiere tener todo bajo su control reaparece y te das cuenta que las pruebas deben ir a la CDMX y se pierden días y horas preciosas y debes mendigar por tus resultados llamando, llamando y volviendo a llamar para saber cuál fue tu resultado aunque tu cuerpo ya lo sabe) y la bendita UdG tarda en darte la cita pero los resultados te los envía en menos de 48 hrs. una y otra vez, como para decirte “¿ya los leíste?” “¿ya viste que eres positivo?”, mientras tanto la rapiña y mala práctica de algunos doctores que te ven la desesperación en la cara y te venden unos exámenes por otros, -lo importante es vender y sacarte dinero- TODOS LOS LABORATORIOS ESTÁN TAN LLENOS QUE EL QUE MENOS CUESTA ES DOS MIL PESOS PERO TE TARDA CUATRO DÍAS EN RECIBIRTE, PORQUE DE AHÍ LO QUE SIGUE ES PAGAR CINCO MIL PESOS POR ESTUDIO POR PERSONA… de nuevo… cartera llena=resultados pronto… y de ahí el calvario de encontrar a un buen doctor para no estar tan solo atenido a números y resultados, ahora falta un buen doctor que te haga clínica que sea más efectiva que una radiografía… gracias Robert por los días de ayuda inicial…, y los días pasan y los síntomas se agravan, el dolor de cabeza es intenso, de repente no hueles nada, la comida no tiene sabor para ti, para los demás si, sientes que los oídos te van a reventar, el dolor de la garganta es tan fuerte que no quieres tragar ni saliva, y al mismo tiempo existe una necesidad imperiosa de estar bebiendo líquidos, el cuerpo duele; y le cuentas las respiraciones a tu pareja sin que se dé cuenta para tener la certeza de que va bien ¿o no?… no lo sé… quiero que esté bien… ¿y mi hija? ¿La va a librar bien? El oxímetro y el termómetro no se deben separar de ti, haces una hoja de registro… ¿y la comida? No quieres que nadie venga, pues entonces… a sacar lo mejor de la familia y a hacer de comer sabroso para disfrutar los momentos en familia, para seguir trabajando y seguir contando los días para que se acerquen a los catorce sin agravarte… para este momento ya avisaste a las personas con quienes estuviste y pudieran salir perjudicadas, por supuesto en este momento ya no importa quien trajo el bicho a casa, lo que importa es ir contando los días en cuenta regresiva porque cada día que pasa es un día en el que tu oportunidad de no agravarte es más clara… bendito Pablo que nos enseñó a contar estos días…

Afortunadamente tomamos la decisión de quedarnos en casa, de no dejar de trabajar (aunque en momentos los síntomas nos ganaran) buscamos todo el tiempo el optimismo y el estar ocupados produciendo -NUNCA EN PIYAMA TODO EL DÍA, NUNCA EN CAMA TODO EL DÍA-. Conocimos parte de nosotros mismos que no conocíamos (nuestra vida diaria en casa y la vida diaria de mi esposo en casa). La recomendada doctora posponía las citas (con una soberbia en la que dejaba entrever que solo le interesaba la cuota y no el paciente) y el recomendado doctor no contestaba, llegó un día en que la doctora pospuso la cita con el argumento de que mi esposo no estaba mal, que “viendo sus exámenes no se veía tan mal” (los resultados aún no salían del laboratorio) -le dimos las gracias- y exactamente ese día se reportó el doctor que nos dijo muy claro que en su consultorio no recibía pacientes COVID y que no quería llevarnos a ningún hospital, que lo esperáramos en casa, llegó cerca de la media noche, el ritual de vestirse para protegerse él mismo (en la calle) al ver unos pacientes positivos COVID le tomó cerca de veinte minutos para ponerse traje de quirófano sobre su ropa, unos guantes, traje blanco sobre el azul, otros guantes, gorra de quirófano y la gorra del traje blanco, gogles y cubre boca especial (nunca le vimos la cara), pero con una calidez humana se sentó con nosotros como si fueran las diez de la mañana y nos auscultó a los tres de una forma completa (ojos, nariz garganta, corazón, pulmones, estómago, intestino, baso, hígado… todo lo que pudo; nos platicó que él mismo ya había librado la enfermedad, nos contestó todas las preguntas que teníamos, nos explicó el porqué de los catorce días que estábamos contando, tristemente nos dijo que en este momento en Guadalajara los enfermos son jóvenes entre 25 y 35 años por lo cual, los doctores esperan que la siguiente ola que será de adultos (los padres o personas adultas con quienes viven estos jóvenes) y nos dijo que las estadísticas en el país son una gran mentira, que mucha gente ya no sale de casa, que están en casa esperando morir acompañados, que están en casa con oxígeno pero con sus seres amados, que no hay manera de contabilizarlos, y nosotros le explicábamos que somos una estadística que contó doble porque nos hicieron los exámenes en dos lados y él nos dijo que muchas personas no tienen necesidad de los exámenes por lo que no están en las estadísticas y mucho menos los fallecidos, el piensa que el menos en México hay un 50% más de personas fallecidas ahora en sus casas (que por eso se presume de camas de hospitales sin rebasar) que por eso la carencia de tiempo de los doctores, que por eso la hora de su visita.

Nos dijo que afortunadamente éramos pacientes de “moderados a leves” que el tiempo de contagio se iba a terminar y podríamos salir de casa, pero que seguía el tiempo de recuperación, que este bicho inteligente no se termina aquí, que aparecerían “dolores”, “sensación de cansancio”, “dificultad leve para respirar” o cosas así… que debíamos seguir adelante, nos recetó vitaminas y una que otra pastilla pero ya de manera personal dependiendo de cada uno… gracias Dr. Manzano por la paz que nos dejó.

«A la noche más oscura sigue la aurora, la luz que nace marca el camino» (Monseñor Rafael Vázquez)

Pero… al llegar los famosos catorce días en los que ya no somos factor de contagio ves al mundo diferente, ahora los ves y quieres gritarles “no hagas eso, te puedes enfermar”, “por favor cuídate”, “protege a los demás” “aunque tú no creas es un bicho que existe y lo puedes trasmitir”, “cuida a tu familia”, “respeta a los demás”… y pensar que nosotros si nos cuidábamos, y pensar que nosotros estamos catalogados de “moderados a leves”… no imagino lo que sucede en la vida de las personas cuando las consecuencias son catastróficas… en esta enfermedad el apoyo moral es necesario, indispensable, diría yo… gracias por cada llamada. Gracias por cada mensaje, gracias por cada oración recibida… gracias a mi esposo por su fortaleza, gracias a mi hija por su madurez… gracias a ti por leerme y espero te sirva de algo…

NUESTROS PASOS A SEGUIR FUERON:

UdG 333 540 3001

SSA 333 823 3220

Si necesitas más estudios debes tomar las decisiones, pero pronto… cuídate y cuida a los demás…

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