
Cuando se estableció en Sevilla la capital del reino del Al-Andalus, la ciudad se llamaba Isbilia, allá por el año de 1171, el califa que gobernaba mandó construir el Palacio de La Buhaira extramuros, es decir fuera de los muros de la ciudad.
Instruyó para que tuviera grandes y hermosos jardines y se dice que llegó a tener hasta 10,000 olivos, además de otros árboles frutales y vides y, junto con las albercas que la decoran, eran regados por un antiguo conducto romano.
Durante un tiempo fue propiedad privada de una familia, luego parte de la propiedad de un colegio. También fue conocido como La Huerta del Rey y como tal es mencionado en algunas obras de Cervantes.
Hoy este palacio es una galería y centro cívico para la cultura y lo que queda de sus jardines está divido por la avenida de La Buhaira y el barrio donde se encuentra es conocido con este nombre.
Tiene además de antiguos olivos, palmeras de riquísimos dátiles y en verano allí se llevan a cabo múltiples actividades culturales. Se conservan es buen estado algunas de las albercas que le decoran.
Su ubicación es muy cerca del centro histórico de la ciudad por lo que está cerca de hoteles y se puede visitar rápida y fácilmente.