Te condenaron a muerte tu silencio y mi silencio.
Las gargantas en tumulto ante el Pretor somnoliento,
Lapidaron con sus gritos el mármol de tu silencio.
Tu mutismo era una estatua de blancura y de misterio…
“¡Habla Jesús, que te matan! Arropada en tu silencio
la muerte viene volando entre graznidos de cuervos.
—
¡Habla, Jesús, tu palabra, como un huracán de fuego,
salga de tu boca y queme lo falso de los denuestos!
¿Por qué te quedas callado, si eres el Divino Verbo..?”
La boca de Dios quedó, baldía como un desierto.
Lo condenaron a muerte su silencio y mi silencio.
——————– o 0 o ————————–
¡Pastores, por cobardía me mataron mi Cordero:
fue más fuerte que mi amor el ladrido de los perros..!
Lo condenaron a muerte su silencio y mi silencio,
Uno, silencio de amor, otro, silencio de miedo.
Así quiero que me pintes sobre mi pecho tu rostro.
En el pesebre, de niño, eras estrellita de oro;
De joven, entre los lirios, el más fragante de todos;
Bajo los soles maduros pareciste el más hermoso;
más hoy, cuando todos dicen que no tienes ni decoro,
es cuando me gustas más: ¡eres el Divino Rostro..!
—
Así quiero que te pintes en mis entrañas muy hondo,
con pinceladas de sangre, de salivas y de polvo,
morado de bofetadas, palidecido de oprobios.
Me enamoras como nunca porque en tu casa conozco
todo el amor que me tienes encendido y doloroso.
Mi corazón es el lienzo para que pintes tu rostro.
——————– o 0 o —————————–
En esta noche de luna los han juntado en el cielo;
Por la inmensidad azul, vagan cándidos paciendo
entre rosas inmortales y remansos de luceros.
Innumerables y puros, como los copos de invierno,
de todos los horizontes ascienden al firmamento.
Cuando la luz te despierte ya sin dolor y sin sueño,
¡oh!, ¡como habrás de alegrarte por tus hallados corderos!
—
Hijito, que entre mis brazos yaces desnudo y deshecho,
sigue durmiendo en la cuna de mi amor y de mis besos…
Estos besos son los últimos pero mi amor es eterno.
Sigue durmiendo en mis brazos, aunque sabes que tu sueño
es espada de dos filos que me traspasa por dentro…
——————– o 0 o ——————————–
Niña que llevas al pecho siete puñales clavados,
Madre que vas a sembrar a Dios bajo los granados:
Ya vienen los sembradores, con la semilla, llorando;
Ya traen el cuerpo de Cristo, blanco sobre lino blanco…
¡Señora, yo no quisiera ni mirarte, ni mirarlo!
Tú me lo entregaste niño como manojo de nardos;
yo te lo devuelvo muerto, como racimo pisado.
Trae mucha noche en las venas y mucha nieve en los labios.
Se le congeló la vida en el Corazón quebrado…
¡Señora, yo no quisiera ni mirarte, ni mirarlo!
——————— o 0 o ——————————-
¿Por qué florece el silencio con un inaudito cántico?
¿Y quién se pone a cantar cuando los hombres lloramos?
¡Señora, los muertos cantan, los muertos están cantando!
Entre las sombras agitan el címbalo entre sus manos:
Que también para los muertos, llegó el Domingo de Ramos.
—
Ya va el Señor descendiendo por caminos subterráneos:
De todos los cementerios sube un clamor a su paso
Mientras se impregna de vida, la tierra, con su contacto.
Un soplo de primavera sacude los huesos áridos
y retrocede la Muerte entre las tumbas aullando.
¿En dónde está tu victoria, oh Muerte de dedos pálidos?
Ya van bajo los cipreses las siemprevivas brotando…
—
Madrecita que sembraste a Dios bajo los granados:
sobre el surco de tus lágrimas han florecido los cánticos;
mañana, cuando el lucero del alba bese sus párpados,
la tierra dará su fruto inmortal y perfumado…
Entonces, ¡cierra tus ojos!; entonces, abre tus labios
para que bebas el vino del Hijo, resucitado…
(Fragmentos de la poesía de Fray Asinello)
Fotos de la Semana Santa en Sevilla
Felices Pascuas que para la muerte de jesucristo llegó la Victoria de la Resurrección
Me gustaMe gusta
Hola Gaby:
Esta poesía a mi me eriza la piel. Yo participé en un concurso declamando «Niña que llevas al pecho siete puñales clavados…» uffff es bellísima esa poesía y me la se de memoria por supuesto.
Te quiero.
Paty Michel
Me gustaMe gusta