
Para descansar después de un largo y maravilloso recorrido por la Mezquita-Catedral, nada mejor que acudir al Doble de Cepa, restaurante que prefieren la gente local, para comer típico.
Iniciamos con una ensalada de langostinos, fresca y ligera, que sirven con trozos de atún y la combinación resulta muy agradable.
Seguimos con una de las especialidades de esta ciudad, el flamenquin, de la que ya he publicado la receta aquí y consiste en un rollo de jamón empanizado y frito. En Córdoba lo sirven más grande que en Sevilla, acompañado de papas y pimientos fritos. A Araceli le pareció muy bueno.
Por último, para tener un gran final pedimos la tarta cordobesa de pelo de ángel, que es un pay de xilacayote, con una capa de canela en polvo.
La casa nos envió de cortesía una copa de Jerez que disfrutamos mucho.
El lugar está, saliendo de la Mezquita-Catedral, cruzando la plaza de enfrente y a unos cuantos pasos por la callecita del fondo ¡no te pierdas esta experiencia!