Lluvia y frío no detuvieron ni a los sevillanos ni a los turistas que acudimos a pasar un rato en la Feria de Sevilla.
Con los zapatos amarillos por el albero mojado, la gente se movía de caseta en caseta, con la copa de manzanilla en la mano, saludando a los amigos como si hace años no los vieran.
Tampoco el frío les detiene para bailar unas sevillanas luciendo el mejor traje de flamenca, luciendo un hermoso mantón sobre los hombros y un ramo de flores, la moda de este año, en la cabeza.
La portada de este año simula una cúpula con cerámica y es bella.
Los sevillanos sonríen, felices, disfrutando la feria.